Cada vez más común que la última voluntad de una persona sea la incineración. Es una modalidad de despedida que se ha triplicado en los últimos años. Este aumento en la demanda de la incineración ha generado un crecimiento paralelo de dudas y desconocimiento entre la población respecto a las normativas que regulan el manejo de las cenizas.
¿Qué pasa si se dividen las cenizas de un difunto?
La división de cenizas es una práctica cada vez más usada en este campo. Ya sea porque los familiares viven a largas distancias, porque quieran esparcir las cenizas en varios lugares significativos para el ausente, por la necesidad de tener consigo una pequeña parte de su familiar o simplemente porque eran las voluntades del difunto.
La Ley Española, en su Decreto 2263/1974, del 20 de julio, por el cual regula las normas para con las cenizas, no dice nada de la práctica de la división de las cenizas, por lo que, si estaría permitido realizar esta separación.
Consideraciones emocionales y espirituales
Dividir las cenizas en partes iguales puede tener un impacto emocional entre los familiares y amigos. Pues no siempre hay ideas pares, puede que a alguien le parezca la mejor manera de honrar al difunto, mientras que, a otras, les puede parecer difícil separar las cenizas de la persona. Para la decisión, es importante tener estas consideraciones en cuenta.
Impacto en las relaciones familiares
Para que no existan conflictos, es necesario llevar una comunicación abierta y directa con todos los familiares, así como la empatía por bandera para ponerse en el lugar de los demás e intentar entender sus necesidades. No es una disputa, es simplemente la unión y voluntad de la familia para honrar en la eternidad a su ser querido.
Guía para repartir las cenizas de manera respetuosa
Cómo consensuar la distribución entre familiares
El primer paso para evitar dificultades es hablar abiertamente con los familiares para decidir cuál va a ser el destino de las cenizas de ese familiar que ha partido. Siempre y cuando la persona fallecida no haya dejado constancia de las últimas voluntades.
Para evitar los conflictos hay que asegurarse de que los que forman parte de esta decisión estén de acuerdo y sus mensajes sean escuchados desde el respeto. Algunos aspectos que valorar para facilitar esta decisión pueden ser:
- ¿Qué es lo que el fallecido habría querido?
- ¿Hay opiniones que son rechazadas rotundamente por el resto?
- ¿Entre cuántas personas se van a dividir?
- ¿Cuál es el cometido de cada parte una vez divididas las cenizas?
- ¿Es una manera de honrar a la persona fallecida?
Qué hacer con las cenizas de un familiar
Al dividir las cenizas, una parte de esa persona se queda contigo, tienes que elegir su destino. Es ahora tendencia crear joyas con las cenizas, esparcirlas en algún lugar especial, guardarlas en una urna en casa, o llevarlas a un lugar sagrado como los cementerios, creando así un espacio personalizado donde poder visitar a ese ser querido que ya no está. Puedes echar un vistazo a nuestro blog ¿Qué hacer con las cenizas de un difunto? Para elegir su destino.
Aspectos legales sobre la división de cenizas
Derechos de los familiares y última voluntad
La Ley no establece límites en la división de las cenizas, donde sí hace hincapié es en temas relacionados con la disposición de los restos de lo cual hablaremos en el siguiente apartado. Hay que tener en cuenta la familia, puesto que son los que van a decidir si no existe una última voluntad por parte del difunto.
Regulaciones locales y normativas sobre la distribución de cenizas
La ley no regula la división de cenizas, pero si que regula el lugar donde esparcirlas. Esta normativa española permite esparcirlas en lugares públicos siempre y cuando no represente un peligro para la salud ni viole las normas ambientales. En algunos lugares es necesario obtener un permiso correspondiente para esparcir las cenizas.
Testamento e instrucciones previas
Si el fallecido tiene testamento o unas instrucciones previas sobre qué es lo que su familia debía hacer con las cenizas, se debe respetar y llevar a cabo su voluntad. En el caso de que no exista tal testamento, es la familia la que debe llegar a un consenso para darle un último adiós a ese ser querido desde el respeto.